El libro que nos unió
Lentamente me miraste, tus ojos brillaban con ese fulgor del que nunca me olvidare, te acercaste a mi oído y me recitaste esas palabras tan hermosas y con un significado profundo, me volviste a mirar a los ojos, en ese momento pensé que te irías sin decir ni una palabra más, pero me equivoque te acercaste a mi rostro sintiendo tu aliento de menta el cual se mezclaba cálidamente con el mío.
Tus ojos se entrecerraban mientras que tus labios se acercaban a un ritmo lento pero cómodo a los míos, cuando por fin besaste mis labios me desperté de la fantasía que se apodero de mi cada segundo, en el cual nos encontrábamos en recreo, estaba apoyada en los casilleros de mi escuela mientras te miraba cautelosamente, pero tu no sabias que yo existía.
Tocaron el timbre, en solo un segundo los pasillos de la escuela estaban vacíos, camine sin rumbo hasta llegar a una pequeña puerta que daba a los jardines, mire a mí alrededor para cerciorarme que no había ningún inspector cerca para reprenderme y llevarme a mi salón, me senté en unos pequeños bancos de madera y abrí mi bolso, saque el libro que se encontraba al fondo y empecé a leer, desconcentrada lo cerré mire ese cielo azul que me rodeaba.
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